Estamos ante la excelencia atemporal de Giacomo Borgogno e Figli, esta histórica bodega, cuyo legado se remonta a 1761. El Barolo, joya de la corona de Borgogno, es un tributo a la unificación de Italia, siendo el vino elegido para celebrar este hito centenario.
Proveniente de cinco prestigiosos viñedos, como Cannubi, Cannubi San Lorenzo, Fossati, Liste y San Pietro delle Viole, Borgogno Barolo cautiva con su carácter afrutado y redondez inconfundible.
La esencia de Giacomo Borgogno e Figli se arraiga en la dedicación a la tradición. Desde 1848, la bodega ha perfeccionado métodos centenarios para crear vinos auténticos, vivos y únicos, respetando las características de cada añada. La filosofía se centra en la máxima calidad de las uvas, utilizando técnicas tradicionales de viticultura y evitando el uso de químicos.
Dirigida por la familia Farinetti desde 2008, Giacomo Borgogno & Figli mantiene su compromiso con la excelencia. Sus Riserva Barolo, guardados durante más de una década, son verdaderas joyas enológicas.
La bodega, ubicada en el corazón de la ciudad, utiliza métodos tradicionales, incluyendo levaduras autóctonas, fermentaciones largas y barricas de roble de Eslavonia. Los Barolos maduran durante cuatro años en barrica, con un año adicional para el Riserva.
En 1982, en un ciclo vegetativo excepcional, nació un Barolo inolvidable. Con una fermentación regular y una maceración en sombrero sumergido, maduró un año en tinas de hormigón y cinco años en barricas de roble de Eslavonia. Embotellado en abril de 1988, este Barolo revela un color rojo rubí con reflejos granates, aromas de frutas rojas maduras y especias, cuerpo pleno y taninos persistentes. Un vino destinado a una larga crianza.
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