Emilio Rojo imprime una personalidad única a sus vinos y es un punto y aparte en la región.
Trabaja exclusivamente con viñedos de su propiedad plantados sobre suelos graníticos en unas tierras con un clima muy lluvioso, obteniendo unos rendimientos muy bajos, entre 3.000 y 4.000 l/ha. La vendimia la realiza con una poda guyot doble con arqueado.
El resultado de un trabajo tan artesanal se traduce en un vino blanco muy concentrado y complejo a la vez que delicado, que podemos encontrar en las cartas de los mejores restaurantes del país.
Un Ribeiro que marca distancias con sus hermanos. Un vino 5 estrellas.
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