La finca Pierre Damoy en Gevrey-Chambertin es un verdadero tesoro del mundo del vino. Con un patrimonio vitivinícola excepcional que se extiende por 10.5 hectáreas, incluyendo ocho hectáreas en los Grand Cru Clos de Bèze, Chambertin y Chapelle-Chambertin, es un testimonio de la dedicación a la excelencia. Pierre Damoy asumió la responsabilidad de la empresa familiar en 1992 y ha demostrado ser un custodio de la calidad de estos terroirs excepcionales. Tanto en el cultivo de la vid, con un enfoque en la agricultura sostenible, como en la vinificación precisa, se esfuerza por crear vinos de estilo clásico y potente destinados a una crianza de alta calidad.
El compromiso con la sostenibilidad, como la eliminación de fertilizantes durante muchos años y un riguroso control de las cepas, se refleja en la calidad de los vinos producidos.
Sus viñas tienen entre 60 y 80 años, lo que aporta profundidad y complejidad a los vinos.
El proceso de vinificación se realiza con cuidado y precisión. Las uvas se cosechan a mano, y se lleva a cabo una minuciosa selección de la fruta tanto en el campo como en la bodega. La maceración puede durar hasta 15 días, y la fermentación se realiza en tinas abiertas, seguida de un envejecimiento sobre lías durante 18 meses. Los vinos Grand Cru maduran en barricas de roble francés nuevo, lo que añade capas de sabor y textura a estos vinos excepcionales.
Cada botella de Chambertin de Pierre Damoy es una obra maestra que representa la rica tradición vinícola de Borgoña y el compromiso con la calidad y la sostenibilidas, este es un vino que destaca por su concentración, densidad, opulencia y bellos aromas frutales y especiados.
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